
Fue en los años 90 cuando Victor Porfirio Baloa Díaz, o más conocido como Porfi Baloa fundó la Orquesta Adolescentes con talentos venezolanos. Para 1994 ya habían lanzado su álbum debut Reclamando Nuestro Espacio, que incluyó éxitos como “Anhelo”. Sin embargo, no fue hasta 1996 con su álbum Persona Ideal que entregaron al mundo uno de sus mayores éxitos, su homónimo “Persona Ideal – Me Tengo Que Ir”.
Una salsa romántica, que según los relatos populares, cuenta la historia de un amor no correspondido, específicamente la de una pareja de distinta clase social que se enamora y que se ve obligada a separarse con la esperanza de algún día poder volverse a reencontrar para concretar su idilio que terminó en despedida:
«Para vivir de los recuerdos de este amor
Cuando agarrados de la mano en el parque nos besamos
Y las lágrimas caían en los pétalos de rosa
Y tristemente me dijiste así
Me tengo que ir
Y no es por mí, contigo está mi corazón
Todo el amor de mis entrañas, de mi pecho y de mi alma
Algún día volveré a estar aquí»
Aunque el coro de la canción retrata precisamente esta despedida obligada, aún con un amor intacto, la letra de la canción también tiene unos versos muy dicientes de una tragedia que también toma lugar en medio de esta desilusión amorosa.
Según las interpretaciones que a lo largo de los casi 30 años de esta canción se le han dado, la protagonista de esta historia que debe alejarse por decisión de su familia de su enamorado y emprende un viaje a otro continente, pero estando allí, descubre que está embarazada.
En las cartas que envía, a quien ahora se ha convertido en su amor imposible, le informa de esta noticia, y menciona nuevamente una despedida “Llega otro amor de mi persona ideal, pero también se tuvo que ir”. Aunque esta vez se trata de un adiós para siempre, luego de saber que su enamorada se vio en la difícil decisión de elegir entre la vida de su hijo o la suya propia durante algunas complicaciones del embarazo. Entonces dice la canción:
Ay, es el dolor que había en su vientre
Un niño estaba presente
Y en sus cartas me decía
Que alguien perdería la vida
Sin embargo, en un acto de amor final, le dice a esa persona “Todo el amor de mis entrañas, de mi cuerpo y de mi alma, todo el fruto de este amor te queda a ti”, demostrando casi que un sacrificio de su vida para dársela a su hijo.
Una despedida llena de lamentaciones y de profundo dolor, para el final de una canción con una historia estremecedora de un hombre que perdió al amor de su vida, primero al haber sido separado de ella por su clase social, pero después por los azares de la vida que terminaron arrebatándosela para siempre con la muerte.
Me entregué en cuerpo y alma
Ya no estarás más en mi vida
Triste el adiós, triste tu partida
Me tengo que ir
Y te amaré toda la vida