
Los fanáticos quisiéramos que nuestros artistas favoritos vivieran eternamente o, por lo menos, que no se nos fueran tan pronto. Pero los artistas, y más cuando se trata de estrellas con vidas tan turbulentas como Joaquín Sabina, entienden que el final puede estar cerca.
Por ejemplo, para el intérprete de “Y Nos Dieron Las Diez”, la anterior había sido su gira de despedida. Sin embargo, al poco tiempo de terminarla, se sintió con tanta vitalidad que anunció una ronda más. Ahora sí definitiva, según parece.
Una de las frases de la canción conecta directamente con el que parece ser el momento en que el cantante que ahora tiene 76 años comprendió que el tiempo se acortaba: “Cuando sólo esté de moda si, me caigo otra vez del escenario”, dice en una línea donde evoca ese momento.
Tal vez obviando –y quizás de forma adrede– que lo suyo nunca ha sido la moda, sino el crear canciones que perduran en el tiempo.
De acuerdo a filósofos expertos en sabinología –en realidad, a grandes fanáticos del artista como mi entrañable amiga Geraldina Lagostena–, para Joaquín, la canción sí sería una despedida, pero no tanto de la vida, sino de la imagen que ha construido a través de sus canciones: La de Pirata Cojo, de –bien o mal llamado– Bob Dylan español y en general, la de artillero de metáforas capaz de conquistar mujeres sólo con un hola.
Por eso la canción, que sólo con su título podría sugerir una despedida para sus fanáticos, es realmente la declaración de amor más profunda que ha hecho a su amada Jimena Coronado, de quien ya hablaremos en el siguiente párrafo: “Cuando agonicen las flores y los pájaros padezcan mal de amores, no olvides guardar un último vals, para mi”, le declara.
¿Pero quién es Jimena? La fotógrafa peruana que ha sido pareja de Joaquín Sabina por más de veinte años, en realidad lo conoció hace más de treinta, quien al principio tuvo una relación más bien de amistad con el músico, dado a que siempre que se encontraban alguno estaba en pareja.
Sus vidas por fin se entrelazaron en 1999, cuando Sabina terminó de grabar uno de sus mayores álbumes que tenía canciones como “19 y 500 Noches” y “Cerrado por Derribo”.
Coronado literalmente le salvó la vida. Joaquín, que toda la vida había sido un bohemio empedernido, sufrió un accidente isquémico cerebral que lo obligó a cuidar su salud y Jimena fue la persona que no sólo lo cuido, sino que con amor le hizo entender la importancia de que tomara las riendas de su propia salud. La “última” canción de Sabina también recuerda ese momento.
«Tú, que corriste a rescatarme de las llamas
Tú, que pusiste paz en mi ciudad sin ley
Tú, que aprendiste en mis electrocardiogramas
Que hace tiempo que no sigo siendo el rey».
¿Realmente será esta la canción final de Joaquín Sabina? Difícil saberlo, pero de acuerdo a Fernando León de Aranoa –quien no sólo dirigió el video de la canción sino el documental Sintiéndolo Mucho de 2022– “Un Último Vals” sí será el último cortometraje con el que el cantautor promocione una canción suya en lo que le resta de vida.
Vale la pena desprendernos por un momento de la rigurosidad periodística y decir que el video es simplemente hermoso. Un clip que muestra a Sabina bebiendo whisky solo en un bar, mientras uno a uno van llegando sus amigos. Los cantantes Andrés Calamaro, Ariel Rot (junto a Andrelo, el otro creador de Los Rodríguez), Leiva, Jorge Drexler o Joan Manuel Serrat, entre ellos. Así como el actor Ricardo Darín, quien se suma a las otras figuras que lo acompañan.
Así bailamos. pic.twitter.com/apNP23LRgH
— Fernando León de Aranoa (@LeonAranoa) December 13, 2024
Posiblemente esta no sea la última canción de Sabina y pase algo parecido a lo ocurrido con la “última” gira, con Joaquin anunciando que todavía compone o simplemente con nuestro querido Flaco de Úbeda soltando canciones por ahí.
Pero “Un Último Vals” sí se siente un poco como una especie de réquiem, que podría compararse con “Rie Y Llora” de Celia Cruz o con todo el álbum La Lógica del Escorpión, que Charly García parece haber grabado con las mismas intenciones.
Recomiendo quedarnos con la última frase de la canción (“no olvides guardar un último vals para mí”), que si bien fue escrita exclusivamente para Jimena, también podría interpretarse como una petición del músico a todos los que hemos conectado con su música.
Música que si bien no está hecha para el baile, si ha tenido almas enamoradas danzando por décadas.