
Dicen que el padre de Nidia Góngora no quería que ella fuera cantante, sino abogada, y que fue por esa razón que terminó estudiando Licenciatura en Educación Preescolar. Sin embargo, parece que el arte le seguía haciendo falta. Así que años después terminaría dejando la enseñanza – al menos la de ese tipo – para vivir de cantar sus canciones.
En la actualidad no solo es una de las principales referentes de la música que se hace en Colombia o, más precisamente, en ese Pacífico Maravilla que nos invita a conocer a través de su álbum debut como solista. Sino que también vive de su restaurante Viche Positivo y del alcohol ancestral (viche, valga la redundancia) que vende con receta propia.
Para ella, su música, su restaurante y su marca de viche no pueden pensarse por separado: “son todos estos elementos que hacen parte de este gran ecosistema del Pacífico, una integralidad que se expresa en la cotidianidad”, dirá más adelante. Además, Nidia Góngora remarca que estos saberes suelen aprenderse en los arrullos, que son espacios de canto ancestral y transmisión de saberes, por lo que siempre irán de la mano.
Muchos la conocen por su trabajo con Quantic, el productor londinense que hace años llegó a vivir a la ciudad de Cali y se convirtió – junto con ella – en un referente ineludible a la hora de hablar de world music. Pero Góngora también tiene canciones donde aparece compartiendo créditos con artistas tan diversos como Petrona Martínez, Bomba Estéreo, Herencia de Timbiquí, Alexis Play, Junior Jein (QEPD), Ondatrópica, Orishas, entre un montón más.

Fue nominada al Latin Grammy por el álbum De Mar Y Río, de su banda Canalón de Timbiquí. Un disco que se capturó en bloque, con 14 músicos tocando al mismo tiempo y sin cortes, que – aunque se grabó en una sola semana – se estuvo planeando durante dos años. El grupo base, originalmente llamado Canalón, sobre el que comenzó a trabajarse el proyecto, ha tocado por más de 40 años.
En su trabajo más íntimo, es decir en los discos que no son del grupo, ya que la mayoría de la música de Nidia Góngora ha salido en compañía de Quantic, la Maestra – término que a menudo otros utilizan para referirla – ha presentado canciones como “Cumbia Sobre El Mar” o “Un Canto A Mi Tierra”. Una de las que cuenta con más reproducciones en Spotify y que ha podido cantar en escenarios de países como Inglaterra, Francia, Estados Unidos y que incluso ha llevado al continente asiático.
El próximo 12 de abril presentará Pacífico Maravilla en el Teatro Jorge Eliecer Gaitán de Bogotá, el disco que presenta como su primer álbum solista y que tardó más de cuatro años en poder desarrollar.
Lo hizo de la mano de Christian Salgado– en calidad de productor –, su amigo – también cantautor y ocasionalmente productor – Alexis Play, varios colaboradores más e intérpretes del Pacífico colombiano (principalmente de Santa Bárbara de Timbiquí). También de Francisco ‘Kiko’ Castro, múltiple ganador de premios Latin Grammy, quien ha trabajado con artistas como Carlos Vives, Fonseca y ChocQuibTown, y en este caso estuvo a cargo de la mezcla.
El concierto de este fin de semana en Bogotá es para presentar tu disco Pacífico Maravilla. ¿Así que, cómo podríamos presentarle este álbum a los lectores de Billboard Colombia?
Pacífico Maravilla es uno de tantos sueños hecho realidad y uno de mis sueños cumplidos más importantes. Considero que es ese hijo que acaba de nacer, que acabo de nombrar y representa para mi un viaje hacia ese Pacífico maravilloso que me vio nacer, que me vio crecer. Pero también representa la fuerza y el poder de las voces, de la tradición oral y de la importancia de las narrativas, dentro de un ejercicio de transmisión generacional en mi territorio.
Hay unas invitadas de lujo y fue un álbum muy pensado, desde hace cuatro años venimos trabajándolo y hoy a través de cada una de estas composiciones, de estas colaboraciones, quise mostrarles qué ha pasado durante estos años con mi vida. Con Nidia Góngora y con sus pérdidas, sus aciertos, sus alegrías, sus tristezas, sus viajes, pero también el sueño de todas estas personas que han hecho parte de este gran proyecto.
¿Qué elementos innovadores o inesperados descubrirán sus seguidores con esta nueva propuesta musical?
Algunos están acostumbrados a escuchar a Nidia desde Canalón de Timbiquí, con una propuesta muy aterrizada hacia la conservación de los sonidos autóctonos, los cantos tradicionales, o por las versiones electrónicas con Quantic o más hacia a los afrobeats con The Bongo Hop. Pero con esta apuesta quiero mostrar un sonido desde la identidad, uno que quiero posicionar desde lo que ha sido mi pasión desde muy chiquita por la música, desde el canto tradicional, pero también desde esos sonidos del mundo.
Creo que estos últimos diez años de vida me han permitido viajar y conocer mucho las culturas musicales de otros lugares y conocer a muchos artistas de diferentes disciplinas, que han hecho un trabajo bastante importante en el tema de conservación de identidad y desde narrativas de la diáspora. Entonces quise precisamente poder plasmar en este disco esas voces de mujeres, que no solamente admiro, sino que son un referente grande en toda esta lucha por poder posicionar narrativas acertadas en torno a nuestra negritud y al papel de la diáspora en el mundo.
También es importantísimo poder plasmar el tema que tiene que ver con el sincretismo religioso que hay en medio de la música del Pacífico y que muchas veces la gente no alcanza a percibirlo.
Háblanos de los invitados del disco, de canciones como “Marejada”, con Daymé Arocena…
En este disco hacemos un diálogo entre ese sincretismo religioso, especialmente el que se vive a diario en Timbiquí y en la cultura musical timbiquireña y en la cubana, por eso escucharán la voz de Daymé con un canto muy bonito y muy poderoso a Changó, y de mi parte a Santa Bárbara, la patrona de mi pueblo. También tenemos la participación de compositores de la región, como en la canción “Te Amo”, que es de un joven talentosísimo timbiquireño y a quien me gustaría que la gente conociera, no sólo porque escribe hermoso sino porque tiene una voz de ángel.
Se llama Basilio Finisterra y es un chico con el que crecí, pero ahí también hay varios amigos como Alexis Play en la producción o Harlinson de Espiral 7 que hizo algunos arreglos en los vientos. Es un disco donde van a encontrar arreglos de violines y cantos de cuna que me cantaba mi abuela.

¿Cómo fue la experiencia creativa y el proceso de asumir la creación de un álbum por tu cuenta? ¿Cuáles fueron los desafíos más significativos y qué tan exigente resultó este proceso?
Muchos desafíos y entre ellos el de sacar un disco de manera independiente, un disco financiado por Nidia Góngora y por Viche Positivo (risas), que lo sacamos a través de Positivo Records. Por cierto, vienen unas noticias bonitas al respecto. Creo que es hora de que comencemos a tomar responsabilidad de lo que hacemos, pero también a posicionar nuestros esfuerzos y nuestros alcances. Yo conté con la fortuna de tener un equipo muy poderoso, de gente muy tesa y muy profesional. De amigos músicos que se sumaron a esta labor y obviamente que allí también siempre ha estado mi familia apoyándome.
Es un disco que se hizo bajo la producción colectiva de Christian Salgado y Nidia Góngora. Él dirigió, mientras que Nidia (en esta frase se refiere a ella misma en tercera persona) estuvo allí como coproductora de este álbum, lo que para mí es un reto grande, porque es el sueño que siempre quise, pero uno donde no solo están mis manos allí puestas. Nos sentamos, concertamos, decidimos cuál era el sonido que yo quería transmitir y fue una tarea de años, pero creo que ha valido la pena y en este disco ustedes van a ver una madurez en términos de musicalización y de la manera como yo me he dedicado a la música.
¿Cómo fue ese proceso de concertación de ideas entre coproductora y productor?
Hicimos un equipo muy bonito y se trabaja muy bien con él, y con cada uno de estos chicos que hace parte de la banda. Además, poder grabar en Timbiquí es algo que creo que también ha marcado la pauta en este álbum, porque muchos sonidos que ustedes van a encontrar en este álbum fueron capturados allí y vienen de la cotidianidad, de esos amaneceres, de esos atardeceres, pero también de esas voces de cantores jóvenes y adultas.
Los últimos años he grabado en el estudio de Christian y siento que la magia y el espíritu de su padre (Ricardo Salgado, productor y fundador de Bombo Records) siguen allí, siempre se lo he dicho, es un espacio en el que yo me siento tranquila y muy familiar. También hicimos cosas en el estudio de la universidad ICESI, que yo creo que es uno de los más grandes que hay aquí en Colombia. Así que todo se confabuló para que este fuera el disco soñado, con el que espero que todos puedan conectar conmigo.
Las colaboraciones que has hecho con Quantic, con The Bongo Hop y con otros artistas ha permitido que tu música trascienda fronteras abriéndole puertas en otros lugares como Inglaterra o Francia. ¿Qué oportunidades has experimentado en los últimos años gracias a esa sinergía y cómo todo esto ha influido en tu desarrollo como artista?
Creo que el trabajo con Quantic, con The Bongo Hop y con todos los otros proyectos que he colaborado fuera de Colombia, pues indudablemente han sido de mucho valor para mí porque he adquirido mucha experiencia en aspectos que desde mi experiencia inicial en Timbiquí y en lo que yo he tenido alrededor mío que es la música tradicional no lo había explorado y en algún momento quizás ni lo hubiese soñado.
Creo que mis primeros pinitos los di en Ondatrópica y en la universidad, porque hacía parte del coro magno de la universidad. Recuerdo que como yo no leía partituras me tocaba hacer mis códigos y mis claves, para entender cada una de esas páginas que me pasaban a mi. Pero en Ondatrópica, como era una banda tan grande y con unos supermaestros, a me tocó entender precisamente de esos otros elementos de las músicas del mundo.
Cuando llega Quantic empiezo a explorar esas sonoridades modernas, pero también esos sonidos que conectaban con distintos escenarios del mundo y creo que me dieron la pauta para explorar ese otro lado de mi imaginación, y el contacto que he hecho en estos últimos años con estas bandas de otras partes del mundo, incluso latinos, que me han ayudado a mi a poder enriquecer mi espectro alrededor de la música.
¿Cómo te definirías para presentar tu música y el legado de tantos años que llevas a cuestas?
Con orgullo hoy digo que no sólo soy una cantora, sino una cantora que lleva al mundo los sonidos del Pacífico, pero no sólo del Pacífico sino de toda esta interacción y articulación con la globalidad, con todos esos sonidos que están a la vanguardia para todas las generaciones que aman la música. Así que espero que quienes no conocen el Pacífico puedan conectar a partir de estas canciones.
Eres un referente de la música colombiana y del Pacífico, pero también has incursionado en la gastronomía y tienes tu marca de viche, ¿cómo integras tu obra con la riqueza cultural y culinaria del Pacífico colombiano?
Yo soy una mujer que viene de una escuela de tradición y cuando asumo la responsabilidad, el papel y la tarea – de ser cantora y continuar con este legado y esta tarea de relevo generacional –, creo que se debe asumir de manera integral. Porque la labor de la cantora no solo se relaciona con el canto, sino que con cada uno de los elementos que hacen parte de este legado y de la riqueza del pueblo.
Las cantoras no solo adquirimos la riqueza en cantos que debemos transmitir, difundir y salvaguardar, sino que también recibimos formación en gastronomía, en medicina ancestral y en bebidas tradicionales. Son todos estos elementos que hacen parte de este gran ecosistema del Pacífico, una integralidad que se expresa en la cotidianidad. Nunca hay un arrullo (cantos ancestrales que se hacen en forma de coplas) sin comida, sin viche, sin danza…
En las cocinas, alrededor de nuestras abuelas y de nuestras mamás, que está el conocimiento, es uno de los lugares más especiales para la transmisión de saberes. Cuando tu abuela te habla a ti de cómo se prepara la tomaseca, lo hace por medio de un canto, de un arrullo, así que cada cosa está relacionada. Cuando uno nace hay unos elementos ahí vinculados que tienen que ver con alguna de nuestras bebidas. Así que en el Pacífico no se puede hablar de una cosa separando a las otras.
¿Qué mensaje le darías a las nuevas generaciones de artistas o de personas que puedan conectar con tu música?
Que nosotros tenemos muchas posibilidades y que la industria tiene que entender, mirar hacia los territorios y a esos saberes, pero que tienen que ser liderados, desarrollados y mostrados desde las narrativas, desde las manos y desde el conocimiento de la gente del territorio.
No necesitamos que nadie hable por nosotros, porque creo que tenemos todos los elementos y el conocimiento para hacerlo. Necesitamos aliados, pero no personas que lleguen a usurpar nuestro papel de visibilidad.
Reconociendo la importancia de difundir la música afro del Pacífico, ¿qué consejos le darías a los medios de comunicación y, en particular, a los medios musicales para lograr una mayor difusión y valorización de la riqueza ancestral y popular en Colombia?
Colombia es un país pluriétnico, diverso, es un país de regiones, creo que el país más completo y mágico que he podido conocer. El Pacífico, su gente, y todo lo que allí se gesta históricamente ha sido desconocido, invisibilizado, estigmatizado y creo que es responsabilidad de absolutamente todos poder cambiar esas narrativas que hay frente a cómo se ha visto el Pacífico. Es responsabilidad de todos poder mostrar la diversidad, la riqueza y entre ellos la música, el arte.
Indudablemente los medios de comunicación son portavoces importantes para mostrar lo positivo que no solo hay en la región del Pacífico, sino en Colombia. Por eso creo que debemos sumar fuerzas, con esos aliados masivos que nos pueden ayudar a difundir todo lo que está pasando y todo lo que se está creando.
Así que los invito a que hablemos más del Pacífico, a que nos enteremos, a que abramos nuestra mente y nuestro corazón para conocer de manera sincera, desde el no perjuicio, a una región que ha estado siempre con brazos abiertos recibiendo a todos y que ha entregado tanto también. A que volteen su mirada y que no se siga hablando solamente de las cosas malas, sino que podamos mostrar nuestro territorio como lo que es, como ese Pacífico Maravilla.