
Warner Music Group y Bain Capital, una firma privada con sede en Boston, adelantan conversaciones a fines de poder formar una empresa conjunta con el objetivo de adquirir catálogos musicales.
El acuerdo surge en un contexto donde una gran cantidad de compañías musicales se han asociado con inversionistas externos para reforzar sus ofertas por derechos musicales y mantener la confianza de los accionistas ante el elevado costo de los catálogos musicales. Al mismo tiempo que las tasas de interés van en crecimiento y la competencia por adquirir el portafolio de actos musicales legendarios como el de Bob Dylan, que fue adquirido por Sony Music, se intensifica.
El mercado de adquisición de catálogos ha mostrado cifras récord en los últimos años. En 2023, Sony Music compró el catálogo de Queen y otros derechos por 1.270 millones de dólares, y en 2024, adquirió una participación en el catálogo de Michael Jackson por 625 millones de dólares.
Estas transacciones destacan la creciente valorización de los derechos musicales en la era del streaming.
Las subastas se han intensificado especialmente en torno a los derechos de los masters, ya que el streaming ha prolongado la popularidad de las canciones más allá de su auge inicial. Antes del streaming, los ingresos generados por una canción caían drásticamente tras su lanzamiento, pero ahora las listas de reproducción han mantenido estas producciones en circulación constante.
Las principales compañías musicales han buscado nuevas formas de financiación para ampliar su cartera de derechos. Universal Music Group (UMG) invirtió recientemente 240 millones de dólares para asociarse con Chord Music, permitiéndole mayor flexibilidad en la compra de catálogos. De manera similar, Sony Music ha trabajado con inversionistas como Apollo para financiar adquisiciones.
Los vínculos entre WMG y Bain Capital no son nuevos. En 2004, Bain Capital formó parte del grupo de inversores que adquirió Warner Music Group por 2.600 millones de dólares. Ahora, con este nuevo acuerdo, ambas entidades buscan consolidar su posición en la industria de la música y capitalizar el creciente valor de los catálogos musicales en la era digital.