El ritual de Twenty One Pilots con más de 20.000 almas en su primer show exclusivo en Bogotá

Johan González
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Si bien el dúo, detrás de éxitos como “Navigating” o “Stressed Out”, se había presentado previamente en el Estéreo Picnic, ya era necesario que tuvieran su propio sold out en la capital.

Una de las anécdotas más recordadas por los fanáticos de Twenty One Pilots evoca el momento en que, en 2017, los amigos y colegas Tyler Joseph y Josh Dun se subieron a recibir un Grammy en calzoncillos. Era una promesa que se habían hecho años atrás, un día cualquiera en que veían la ceremonia por televisión, cuando tener uno de estos premios parecía un sueño imposible: así que si podían llegar a tanto, llegarían al escenario en interiores, como los que tenían puestos el día que sellaron su pacto.

Esa historia es un buen punto de partida para entender cómo dos amigos se tomaron por asalto la escena mundial del rock y en uno de los peores momentos para hacerlo. En tiempos en que presuntamente el género está muerto, ya que son pocas las agrupaciones (TOP, Måneskin o Bring Me The Horizon) que pueden tener cantidades de reproducciones –en millones– comparables a las de un artista de pop. Tyler Joseph y Josh Dun demuestran que dicho enunciado es falso.

En el caso de los Twenty One Pilots, para comenzar a entender las razones de su éxito podría remarcarse que tienen carisma, talento (Tyler es multiinstrumentista y Josh un baterista excepcional), visión (sus fanáticos bien saben que sus videos cuentan una historia) y temazos como “Overcompensate”, que de por si solos sirven para abrir un show por todo lo alto, pero cuando los combinan con explosiones artificiales controladas... entran a toda máquina.

Foto: Johan Gonzalez

Algo que pasará mucho durante el show es que el dúo pegará canciones con transiciones impecables: “Holding On To You” y “Vignette” llegarán seguiditas, y sólo se detendrán en el momento del truco de magia.

Varios detalles a tener en cuenta: Primero, que antes de hacer “Car Radio” (cuarto tema), Tyler aparecerá de manera aparentemente inmediata cantando en una de las graderías. Segundo, que este será el abrebocas para un show donde los artistas se movilizarán por distintas partes del Coliseo Medplus, a fines de tener a sus fanáticos más cerca. Tercero, que todo se hará sin imprecisiones. Qué dolor ser el tipo que organiza la logística de un concierto de estos manes!!!

Por ahí cerquita sonará “The Judge”, que tendrá una introducción de fanáticos cantando y explicando por qué alguna de las canciones de Twenty One Pilots salvó su vida. Muchos son menores de edad o centennials que rondan los veinte. Cuando arranca la canción, casi todo el coliseo la canta todita.

También suenan piezas más pop como “Shy Away”, “Heathens” o “Routines In The Night”, antes de que el dúo vuelva a hacer lo que mejor sabe hacer: volver locos a sus coordinadores.

Ahora se ubicarán en dos tarimas ubicadas casi en medio de las plateas, para hacer la parte de su show que está centrada en el piano. Así arranca uno de los momentos más emotivos de la noche con un medley de las canciones “Addict With a Pen”, “Migraine”, “Forest” y “Fall Away”.

Foto: Johan Gonzalez

A continuación, “Mulberry Street”, con el clásico fan action con las luces de celulares con los colores de las banderas de Colombia. Al Coliseo Medplus le caben alrededor de 23.000 personas, así que verlas allí era impresionante. Hasta Tyler y Josh se dieron cuenta.

En este punto también es bueno remarcar que a ratos el show se siente como una especie de ritual. No sólo por la comunión entre el dúo y sus fanáticos, sino porque el concierto es una extensión de la historia que la banda ha ido contando en sus videos.

En realidad, me explicaba anoche un fan, quien hizo su tesis universitaria con ellos, se trata de una narrativa transmedia: por ejemplo, los videos cuentan una historia, los conciertos y la indumentaria otra. Supongo que todas se complementan, pero no alcancé a indagar esa parte.

Luego, más canciones conectadas: su reciente, aunque no último, éxito “Navigating”, “Nico And The Niners” y “Heavy Dirty Soul”, recordada por tener uno de los rapeos más veloces de Tyler Joseph y una base recostada en un poderoso drum n bass que no deja a nadie indiferente.

Foto: Johan Gonzalez

Cerca del cierre del show llegan algunas de las canciones más esperadas. Sorprendentemente no tocarán su megaéxito “Chlorine”, en un show en el que sí repasaron casi toda su discografía. Pero cumplirán con “Ride”, “Jumpsuit”, “Midwest Indigo” y, la que quizás haya sido la más esperada, “Stressed Out”.

A pocos minutos de terminar el show es difícil no deslumbrarse con dos detalles. El más importante, la conexión con los presentes. Tanto con los más fanáticos, como con los que llegaron acompañando a alguien y saltan como niños chiquitos (personas de todas las edades y hasta un man con traje). Por otro lado, el hecho de que sólo dos tipos –uno llamado Tyler que canta, toca bajo, ukulele, piano y más instrumentos, acompañado de otro que sólo toca la batería, pero se devora el show a punta de carisma– sostienen una agrupación que podría parecer una banda de diez personas.

Cierre con “Trees”, otra de esas canciones que salvan vidas. No hay amagues para canciones extra. No hacen falta. Para miles de asistentes acaba de terminar la mejor noche de sus vidas. O al menos eso parece.

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