
En una época en la que con pocas excepciones es difícil encontrar rock en las radios colombianas, e incluso de la mayor parte de América Latina, The Mills se mantiene tanto como una banda con historia como una de las propuestas de rock nacional de mayor impacto del momento.
No sacan disco cada año como si fueran cantantes de reggaetón, pero a lo largo de casi 20 años de trayectoria han logrado una discografía nutrida en la que su rock se ha combinado con pop, electrónica y –recientemente– hasta música reggae.
En pocas horas darán el que podría considerarse el concierto más importante de su carrera, quizás no tan multitudinario ante presentaciones para decenas de miles de personas que han dado en el pasado, pero sí mucho más simbólico. En la noche del sábado 22 de febrero de 2025, The Mills presentará Opus, su primer sinfónico en el Lourdes Music Hall que ya está soldout.
Así que en Billboard Colombia quisimos charlar con Bako, su cantante, para saber de primera mano cómo fue el gran reto de transformar clásicos como “Amor Depredador” y nuevos éxitos como “La Ventana” en este arriesgado formato que muy pocas agrupaciones del rock nacional se han animado a explorar.
Uno podría creer que a The Mills no se le hace muy difícil llevar sus canciones a una versión orquestal, ya que muchas canciones suyas tienen este tipo de arreglos. ¿Estás de acuerdo?
Creo que para este, y para muchos conciertos que hemos hecho, es importante tener cuenta que hay canciones que donde no las hagamos nos queman. A partir de ahí se trata de ir midiendo cuáles realmente funcionan en vivo, y de esas, cuales son las que considera efectivas el director de la orquesta, para luego probarlas y ver que no suenen aburridas.
Por ejemplo, ya en estos últimos ensayos sentimos que está fluyendo, cambiamos canciones e hicimos otros arreglos. También el tiempo, ¿no? Yo sería feliz tocando dos horas y media, soy muy fan de The Cure, pero cada vez es más difícil aguantar un concierto tan largo.
Es una apuesta demasiado grande, quizás sea mejor hacerla corta y bien hecha que eterna y llena de fallas…
Tal cual. Como muchas de nuestras canciones tienen tantas atmósferas, nuestros arreglos también están basados en eso.
¿Qué es más difícil, montar un tema que uno creería que va a la fija como “Before I Go To Sleep” o transformar canciones que tienen un alma diferente o suenan más pop?
Mira, precisamente hay una de las canciones (Bako la menciona, pero nos pide no relevarla en esta nota) que sólo van a estar los violines y yo. Nos sentamos a hablar de la canción y entendimos que lo mejor era quitarle todo el peso para hacerla brillar sólo por lo orquestal.
¿Qué pasa con esas canciones que son más pop, como las del álbum De Cierto, de cara a un concierto como este?
Yo soy amante del pop, me encanta el pop y me parece que es mucho más libre que el rock. Pero realmente las canciones que escogimos dependieron principalmente de lo que queríamos tocar y lo que funcionaba realmente para el concierto. De todas maneras, de De Cierto recuperamos una que se llama “Deseo”, que no la tocábamos hace mucho, porque le dimos mucho palo.
De ese disco van varias, sobre todo “El Amor Duele” y “Silenciador”, pues las que quedaron para la posteridad. Y del último disco El Amor Duele, Las Relaciones No quisimos meter canciones y hacer arreglos muy especiales.
Actualmente están presentando las versiones B de su último álbum, en colaboración con artistas invitados. ¿Vendrán amigos a cantar al show?
Justo estamos confirmando una invitada sorpresa para “El Abismo”, porque a esos shows siempre es bonito invitar amigos.
Háblanos del montaje del evento. ¿Cuántos músicos estarán en tarima, cómo plantearon el escenario, si contemplaron usar visuales?
Es que Titán, de entrada en The Mills ya somos toda una orquesta. Ocho músicos en cada show. Los cinco de siempre, ahora se sumó Charry que viene de The Hall Effect, y ahora tenemos además dos coristas que nos permiten jugar mucho con las voces en vivo. Y van dieciocho músicos adicionales, entre cuerdas, violas, violines y contrabajos. Entonces, cuando están en escena, estamos sonando todos y suena hermoso.
En cuanto a la parte del sonido se van a llevar varias sorpresas y en la parte visual nosotros siempre nos apoyamos ahí, nos parece muy importante que nos acompañen las imágenes. Vamos a hacer un ejercicio de circuito cerrado y jugar mucho con las pantallas, pero mezclándolas con el storytelling, porque nosotros siempre buscamos contar una historia.
¿Qué es lo que ha hecho que The Mills, no sólo se haya mantenido por tantos años, sino que cuando uno agarre cualquier disco de ustedes encuentre un color muy personal en el sonido de la banda?
Déjame pensar… Yo creo que en parte hemos logrado tanto porque, como siempre he dicho, somos la banda más pop del rock colombiano. Eso nos permitió entrar en algún momento a emisoras que no eran precisamente de rock, eso nos a nosotros nos sirvió un montón. Estamos hablando de la época en que sonábamos en varias de estas radios. Eso para nosotros fue muy importante para masificarnos. Si bien entramos por Radioacktiva, que era como nuestro lenguaje natural, luego entramos a Los 40 Principales y sonamos hasta en La Mega.
Yo tengo una pelea con el rock y me parece que siendo un género basado en la libertad, en la rabia y todo eso… es demasiado cuadriculado. Tanto desde los artistas como desde los fans. Yo era muy envidioso de los otros géneros, incluso el reggaetón. Yo veía a otros artistas haciendo canciones con artistas de regional mexicano, bolero y otros más.
Podría hacer una canción con J Balvin… feliz. Gracias a eso creo que es que todavía podemos hacer un soldout en Bogotá.