
Jhonnatan David Blanco Nuñez tenía sólo 10 meses de nacido, cuando un cáncer atacó sus ojos. Cuando tenía dos, tuvieron que hacerle una nucleación que aunque le impediría ver, por lo menos evitaría que la enfermedad le hiciera metástasis en otras partes del cuerpo.
No tener visión también significó no tener recuerdos parecidos a los que tenemos las personas que sí podemos ver, pero eso también potenció otras de sus capacidades, que son las que ahora lo hacen brillar como Artista Promesa.
Si bien el proceso de aceptación no fue para nada sencillo, y conllevó a muchas batallas internas, reconocer su condición física se convirtió en un catalizador de su carrera: “Cuando acepté mi discapacidad, empecé a utilizarla como medio de visibilización”. Y es que aunque esta frase pueda sonar paradójica, fue la falta de visión lo que lo puso ante los ojos de muchas personas que comenzaron a conformar su público.
Productor de sus propias canciones, compositor y cantante. David White, “El de los Ojos de Diamante” –como él mismo se ha nombrado–, es un artista independiente del municipio de Soacha que se ha convertido en una de las grandes promesas del género urbano con un talento que ha decidido aplicar al dancehall y los afrobeats, dos géneros que actualmente triunfan en las discotecas colombianas.
Su relación con la música siempre ha sido muy cercana, ya que desde muy temprana edad empezó a involucrarse en el coro y a aprender diferentes instrumentos como el violín, la trompeta, percusión, guitarra y piano, que le enseñaron a interpretar con maestría en la Fundación Juan Antonio Pardo Ospina donde estudiaba.
Los inicios de David White
A los 13 años, ya había grabado su primer álbum de dieciséis canciones con la agrupación vallenata «Los Hijos del Cañaguate», con la que también participó en el Festival de la Leyenda Vallenata.
Al mismo tiempo que incursionaba en la música, tomaba cursos de sistemas en la Biblioteca Virgilio Barco, para aprender herramientas básicas de la computación. Su profunda curiosidad por un mundo que no podía ver, pero sí interpretar a partir de múltiples detalles, empezó a despertar en él una gran pasión por la tecnología, que a su vez le sembró las ganas de estudiar ingeniería de sistemas.
Enfocado en este proyecto de vida, y en culminar su bachillerato, decidió darse un tiempo alejado de la música. Sin embargo, siempre encontró la manera de volver a ella. Durante la pausa, empezó a llenarse de otras influencias musicales completamente opuestas al vallenato clásico con el que ya había empezado a forjar su camino en la industria… y el género urbano le dio un flechazo directo.
Finalmente siguió su corazón y su verdadera pasión, la música. Aunque la tecnología fue la que le dio las herramientas para empezar su camino totalmente empírico en la producción musical, con el sueño de llegar a producir sus canciones. Pero, ¿cómo logra una persona invidente producir su propia música?
Todo en su vida entra primero por los oídos, incluso los dispositivos de su día a día como el celular y los programas del computador, que utiliza para producir y componer sus canciones, funcionan a través de los sonidos. Con un software que convierte el texto legible de las pantallas en audio, para poder poner la tecnología de su lado.
Un periodo de completa experimentación, en el que ya completa casi una década, logrando su primer álbum de 12 canciones, producido y compuesto totalmente por él mismo: White Moments (2024).
Ahora, acaba de lanzar su último sencillo “Como Lo Hago Yo” en colaboración del talento emergente Yeik Dexx y se prepara para lanzar en el mes de marzo “Punto G”, un tema que define como una propuesta nueva de afro con su propio sello, en la que combina muchos sonidos sintéticos y la espacialidad en los beats con la versatilidad de su voz.
Versatilidad, resiliencia y un poquito de perseverancia, son las tres palabras que definen la carrera artística de David White. Entre risas, asegura que también solo un “poco” de perseverancia, porque aunque veía la música sólo como un hobbie, hoy es su proyecto de vida.
Uno en el que nunca ha tenido que persistir de más, porque entre sus planes no está abandonar su sueño de consolidarse como uno de los más grandes del género urbano.