
Lejos del ritmo contagioso de sus éxitos más bailables, Maluma sorprendió al mundo en 2018 con una faceta distinta: melancólica, íntima y profundamente personal.
Fue con “Marinero”, el quinto tema de su álbum F.A.M.E. —por el que además obtuvo una nominación al Latin Grammy como Mejor Álbum Pop Contemporáneo—donde el artista colombiano dejó de lado sus letras y los ritmos urbanos a los que nos tenía acostumbrados para presentarnos una balada que además se convirtió en una de las canciones más exitosas de su repertorio, un tema que no sólo conmueve, sino que también revela una parte sensible y dolida de sí mismo.
Compuesta por el propio Maluma junto a Bryan Lezcano, Kevin Jiménez y Edgar Barrera, “Marinero” es una canción de arrepentimiento que surgió como inspiración a un difícil momento emocional que atravesaba Maluma, y sentado en un balcón de España y con un vino tinto en la mano para cesar el calor, empezó a escribirla.
En ella el artista se compara con un marinero que ha perdido el rumbo: un hombre que ha navegado por muchos amores sin anclar en ninguno, y que ahora, enfrentado a la soledad, se da cuenta de que ha perdido al único amor que realmente valía la pena, por eso bien en sus letras lo reconoce:
“Mientras me dabas tu corazón
Yo era un marinero buscando amor
Iba por cada puerto como si nada
Entre más olas, más naufragaba”.
Una letra que retrata el conflicto central de la canción, en medio del arrepentimiento y desconsuelo de estar con alguien más físicamente, pero seguir atrapado emocionalmente en un amor que no supo cuidar. Además, los versos son casi como una carta no enviada, una confesión en voz alta, en la que Maluma acepta sus errores sin excusas y reconoce que tal vez no merece el perdón de la persona a quien dañó. Esa honestidad brutal es precisamente lo que ha hecho de “Marinero” una de sus canciones más sentidas.
“De eso me arrepiento hoy
Soy un idiota, mi papel fue lastimarte
Bebo y me arrepiento hoy
Porque cuando volví al muelle era muy tarde, yeh yeh
Hoy sé, llegó el momento
Sólo hay ruido en nuestra habitación
Y silencios que gritan adiós”
La metáfora del marinero no es casual. El marinero como figura clásica representa a aquel que va de puerto en puerto, sin quedarse en ningún lugar demasiado tiempo, hasta que, un día, se da cuenta de que ha dejado atrás el único lugar que podía haber llamado hogar. Así se ve Maluma en esta canción: como alguien que ha amado de forma superficial muchas veces, pero que al final descubre que ha perdido el amor más auténtico por no haber sabido quedarse.
Quizá la emotividad de este sencillo fue lo que lo hizo también ganar un gran éxito comercial, alcanzando el puesto 27 en la lista Hot Latin Songs de Billboard. Pero quizás el mayor reconocimiento fue el de quienes vieron en esta canción una versión más humana de Maluma. Según uno de sus compositores, Edgar Barrera, incluso se convirtió en la canción favorita de Christian Nodal, dando inicio a una relación musical entre ambos artistas.
Como si fuera poco, el videoclip, dirigido por Mike Ho y co-dirigido por el mismo Maluma, fue grabado en Las Vegas y retrata aún más el profundo dolor de la historia de aquel “Marinero”. Un filme en plano secuencia, es decir, que se grabó en una sola toma, en el que vemos a Maluma como protagonista solo, tomando en la barra de un bar, visiblemente afectado, llorando frente a la cámara. Una imagen que, para muchos fans, fue impactante y reveladora, ya que mostraba a un Maluma lejos del estereotipo del galán invulnerable, y más cerca del hombre herido que todos, en algún momento, hemos sido.