
Para Paola Jara, la tarea de abrirse camino, en un mundo en el que a las mujeres se les exige el doble de esfuerzo para acceder a algunos espacios, no ha sido nada fácil. Así que ha tenido probarse a punta de talento, ese que no solo tiene sino que ha potenciado con trabajo duro desde hace más de quince años.
Sumado a lo anterior, también está el hecho de que una de sus cualidades más perceptibles es que es una mujer bonita. Así que sin importar lo virtuosa que sea su voz, lo gigantes que se hayan vuelto sus canciones o lo poderosas que se sientan sus letras, que han conectado con mujeres en todo el territorio colombiano, Paola siempre encontrará a alguien que aprovechará su apariencia para desestimarla.
Sin embargo, Paola Jara no solo trabaja duro, sino que cada vez sube más el nivel de sus objetivos. Actualmente su música también se escucha en otros países del continente, como Chile, donde tanto ella como su esposo Jessi Uribe –a quien refiero porque muchas veces giran en equipo, mientras apalancan su éxito de forma conjunta– han incrementado su convocatoria en los últimos años.
Estados Unidos es el nuevo reto. El año pasado Paola Jara hizo una pequeña gira en la que cantó en ciudades como Miami, Newark y Atlanta y pudo dimensionar que su público ya no es solamente colombiano, sino que su música está comenzando a conectar con inmigrantes de todas partes de Latinoamérica.
Este año ya se presentó en algunas ciudades de Estados Unidos y pronto viajará para hacer más presentaciones. Si bien entiende que todos los artistas de música popular (o regional colombiano, como se le ha empezado a llamar al género en estos tiempos) han hecho un trabajo de equipo, también considera que parte de su encanto está en su forma de cantar, muy cuestionada en los inicios de su carrera, que nos fue acostumbrando a una dulzura (Paola la define como una voz «fina») que no era común dentro de las composiciones de este género.
Dulzura que ha sabido explotar en varios de sus éxitos como «Murió El Amor», «Cómo Si Nada» (con Jessi Uribe), «Salud Por Él», «Mala Mujer» o «Qué Sufra, Qué Chupe y Qué Llore» (con Francy), canciones que le acumulan millones de reproducciones en plataformas y que sirven para entender lo mucho que podría crecer en los próximos tres o cinco años.
El año pasado hiciste una gira por algunas ciudades de Estados Unidos, lo que da para pensar que no solo estás en un gran momento de expansión, sino que entiendes la importancia de trabajar duro para lograr este momento de expansión…
Ha sido un trabajo de muchos años, donde tengo que ser muy honesta y muy clara, y decir que quizás haya sido el resultado de lo que he venido haciendo durante todos los años que llevo de carrera en Colombia, que se ha visto reflejado en Estados Unidos y en otros países.
Creo que como colombianos siempre vamos a encontrar un paisano, nuestras raíces y para mí es un placer enorme tener la oportunidad de viajar, de llevar mi música a otros territorios y a Estados Unidos, que es un lugar que poco a poco hemos venido trabajando, dónde no solo encuentras colombianos sino latinos en general: venezolanos, chilenos, cubanos, ecuatorianos…
Entonces es muy lindo cuando tienes esa oportunidad de llevar tu música a otros países. El año pasado hicimos una gira en Estados Unidos y, este año, también hicimos varias fechas junto a mi esposo Jessi Uribe en California, New York y New Jersey. Una gira cortica, pero siempre va a ser un placer estar allá.
Justo te iba a preguntar, no solo por los latinos de diferentes partes, sino en particular por el público mexicano que en este momento marca la tendencia, que además constituye la mayor inmigración latina en EE.UU. ¿Cómo ha sido cantar para ellos?
No ha sido fácil y eso que soy buena admiradora de la cultura mexicana, porque como colombiana crecí escuchando rancheras, incluso más que la música popular de mi país, porque desde muy niña cantaba con mariachis. He sido fan de su música, de su cultura, de su gastronomía y me encanta su país, pero no es un trabajo para nada fácil.
México es un país muy exigente en cuanto a lo musical, que además es muy grande y que por esa razón no es fácil conquistarlo, pero poco a poco hemos empezado a hacer una tarea que espero y aspiro que sirva para que vayan conociendo más de mí. Cuando estoy por fuera, en las redes sociales no me faltan los comentarios de los mexicanos y eso es algo que me da mucha felicidad, poder encontrar ese otro público que está del otro lado.
Estás lanzando “Entre Tres”, con Arelys Henao y Francy, y la primera colaboración que hiciste, “Qué Sufra, Qué Chupe y Qué Llore”, fue con ella. ¿No?
Sí. Es mi primera colaboración con una mujer y fue muy importante para la música popular, para Francy y para mí fue realmente una bendición. No es un secreto que para las mujeres es difícil estar en el género y ahora con “Entre Tres” todo ha sido una maravilla, porque ha sido un junte en el que hemos unido nuestra experiencia, nuestros equipos de trabajo y la esencia de cada una.
Logramos una muy buena canción, donde resaltamos también esa complicidad y esa solidaridad entre las amigas.
¿Cómo nació esa comunicación entre Francy y tú? ¿Viene de la primera canción que hicieron juntas o de antes?
Nos conocíamos, éramos colegas, habíamos compartido muchas veces el escenario y esa cercanía hizo que en algún momento entendiéramos que las mujeres casi nunca nos unimos, que es muy difícil.
Fue la primera vez que dos mujeres en la música popular se unieron y eso llamo muchísimo la atención. Fue un éxito, una canción que nuestro público hizo un éxito y estoy muy agradecida porque “Qué Sufra, Qué Chupe y Qué Llore” es de mis canciones infaltables en los conciertos.
El año pasado participaste en un panel de Billboard, donde hablaste de muchas cosas, entre esas de cómo algunos artistas de música popular cambiaron el concepto de los videos del género para que tuvieran una estética pop y llegaran a un público más diverso. Cuando presentaste “Mientes”, tanto la producción como el color reflejaban esta nueva estética…
Me sorprende muchísimo que hables de “Mientes”, que es una canción de uno de mis colegas, de Alzate. Aunque desde el inicio me preocupé mucho por la parte visual de mi carrera y siempre me ha encantado la moda.
Yo pensaba “¿por qué por ser música popular tiene que ver siempre todo igual?” o “¿por qué tenemos que tener siempre ese estereotipo para los videos y no podemos hacer algo moderno?”. Dentro de mis videos comencé a hacer cosas mucho más modernas, urbanas o, por lo menos, de esas cosas que si tu muteabas el televisor podías decir que eso no es música popular, por los elementos que utilizábamos.
Esa es de las cosas que fueron evolucionando y no solo conmigo, sino con artistas como Pipe Bueno, que fue quien empezó a darle como otro mood a la música popular y a cómo la veían.
Supongo que habrás tenido que lidiado con el machismo, que es común en algunos espacios de la industria y más cuando se habla de géneros como la música popular. ¿Cómo fue tu experiencia?
El hecho de ser mujer, dentro de un mundo donde el hombre es casi siempre quien lo ha gobernado, no es fácil y ha sido de mucha lucha, sinceramente… ha sido de persistir. De ser berraca, de no desfallecer, de que si te cierran una puerta entiendas que se te abrirán otras y, sobre todo, de amar lo que se hace.
Creo que el que te apasione algo es la clave para todo en la vida, cuando te entregas y estás haciendo las cosas que te gustan, aunque te digan que no, como estás haciendo lo que te apasiona, te vuelves terca. Yo creo que he sido, en el buen sentido de la palabra, una mujer terca y también una mujer muy soñadora.
No quiero llevarme sola esos méritos, porque somos muchas mujeres las que hemos trabajado dentro de la música popular y poco a poco nos hemos ido ganando nuestro espacio dentro del género.
Vamos a hablar de “Murió El Amor”, quizás la canción más gigante que has hecho sin acompañantes. Nos gustaría preguntarte por qué crees que la gente conectó tanto con ella y cómo fue ese momento en que realmente pudiste sentir esa conexión y entender que era un tema tan gigante.
“Murió El Amor” es mi canción más grande hasta el momento, a la que creo que le debo casi todo y yo pienso que la gente conectó con ella porque yo me conecté con ella. Eso fue lo más importante.
En esa búsqueda como mujer siempre estaba buscando como adaptarme y acomodarme, quizás porque vengo de una escuela lírica y mi voz siempre ha sido fuerte desde niña, porque siempre he cantado grueso, siempre he cantado fuerte. Eso a muchas personas les gusta y a otras no, y dentro del género siempre cuando grababa me decían que mi voz era demasiado fina para la música popular. Era una lucha en la que me preguntaba qué era lo que tenía que hacer para encajar.
Por eso empecé a hacer muchas cosas, incluso canciones que ahora ya no me gusta escucharlas, porque estaba bregando a hacer cosas que no eran mi esencia.
¿Cómo fue ese momento en que la escuchaste por primera vez?
Desde el momento que yo escuché “Murió El Amor” y el compositor llegó al estudio, la tocó con su guitarra y la cantó, literalmente yo me ericé. Fue una canción que me llegó y yo de inmediato dije “quiero esa canción para mí y la voy a grabar así solo pegue en mi casa, así la escuchemos sólo mi mamá y yo”.
Creo que ese fue el éxito de “Murió El Amor”, que con esa canción por fin fui yo, en la parte musical.
¿Quién compuso “Murió El Amor”?
Es un gran compositor que se llama Roland Valbuena.
En términos profesionales, cómo fue ese punto de tu vida en que tu camino se cruzó con el de Jessi Uribe y empezaron a compartir experiencias musicales juntos ¿Qué sientes tú que le hayas aportado a su carrera y qué sientes que aprendiste de su experiencia en medio de ese proceso?
Hemos hecho una dupla muy ganadora, que nos hemos complementado en todos los sentidos. De Jessi he aprendido montones, por su disciplina, además la pasión que tiene por la música es increíble. Yo soy un poco más como esa parte empresarial, organizacional y él es la parte más musical.
Así que creo que hemos hecho una muy buena dupla y nos hemos complementado muy bien. Lo admiro y lo respeto, tanto como colega, como esposo, donde esa admiración es muchísimo mayor, y creo que nos complementamos muy bien los dos.
En este momento que estás yendo mucho a Estados Unidos, y a otros países latinoamericanos como Chile, es un buen momento para preguntarte por colaboraciones soñadas…
Esa pregunta es muy corchadora (risas).
Algunas, para no meterte en problemas, las primeras que se te ocurran.
Esta colaboración que acabamos de hacer (con Arelys Henao y Francy) es muy importante y muy soñada también, y pues, también me encantaría un Carín León, una Kany García o una Olga Tañón. Pero es que tengo muchos en la cabeza.
¿Siempre latinos, no?
Sí. Pero cuando aprenda a hablar inglés, ya pensaré en otras cosas.
