
Por allá en 2020, 2021, Boza comenzó a pegar sus primeros éxitos “Hecha Pa’ Mi”, “Ella” o “Perreito Salvaje”, con una talentosa Emilia quién ya era famosa en Argentina, pero estaba comenzando a abrir las alas para volar a otras partes del continente. Era pertinente pensar que el artista panameño la estaba rompiendo o, que por lo menos, ya era un creador de hits.
Pero Humberto Ceballos Boza siempre ha preferido abrazar la prudencia. Minutos antes de nuestra entrevista, durante un panel de afrobeats organizado por su discográfica Sony Music, él toma la palabra durante de una de las preguntas para aclarar que no es lo mismo ser viral, que ser conocido. Algo que, durante nuestra charla, dirá sin titubeos que recién le pasó cuando pegó uno de sus últimos éxitos llamado “orióN”, canción que el año pasado alcanzó el No. 2 en el chart Latin Pop Airplay de Billboard.
La canción se convirtió en la punta de lanza de SAN BLAS, el disco que lanzó esta semana, que también tiene una canción llamada “todavíA” con Greeicy, quien con su dulce voz funciona como la amalgama perfecta para una composición de afrobeats. Boza viene del dancehall, como muchos otros talentos panameños que comienzan en la música cantando reggae, por la gran importancia sonora que tiene dicho género en su país. No olvidemos que recibieron mucha migración jamaiquina durante la construcción del canal de Panamá.
Entonces, una charla con Boza va más allá de ser simplemente un intercambio con un creador de éxitos o un man que la está rompiendo, sino que es más bien una conversación con uno de los talentos contemporáneos más grandes de Panamá, a quien sus logros no le han nublado la perspectiva, que llega en el momento preciso… cuando parece que los afrobeats serán la nueva tendencia mundial.
¿Será tan así? Por lo menos Boza tiene argumentos de peso para pensarlo y, más importante aún, para comunicarlo.
Esta semana estás presentando tu álbum SAN BLAS y hace poco pudimos preguntarle a Elena Rose su versión sobre cómo nació “orióN” y el trabajo contigo en general, así que ahora queremos tu versión de la historia.
Conocí a Elena, si no me equivoco, entre el 2019 y 2020, antes de la pandemia y se puede decir que ella me recibió en Miami, porque fue una de las primeras sesiones que hice y una de las primeras mujeres con que compuse una canción, que se llamó “Party en mi Casa” y la pasamos chévere, aparte de lo musical.
Después quedó una amistad, nos veíamos, nos saludábamos y siempre quedábamos pendientes de hacer algo. Luego de eso se da la oportunidad de encontrarnos en otra de las sesiones, junto a Daramola (productor de la canción) hicimos “orióN” y el coro tenía un vibe como supercelestial. Elena tiene una energía muy bonita, blanca, positiva y lo primero que se me vino a la mente fue que fuera ella.
Sentía que su voz era muy atractiva para el coro, pero ella devolvió el tema, con el coro, pero también con un chanteo que no estaba y ella es durísima escribiendo. Fue, como que, rompió. Le puso más vida al tema y alargó el mensaje que queríamos dar que era sobre la responsabilidad afectiva. Luego hicimos el video en Panamá, en uno de mis barrios y también quisimos representar lo bonito, lo bueno de vivir en el barrio.
Este disco está inspirado precisamente en tu barrio, en tu pareja y, sonoramente, en otras canciones de afrobeats. ¿Quiénes son tus referentes para crear este universo sonoro?
Mi referencia primaria es el dancehall, el reggae, porque todo viene de allá, de los sonidos que derivan de la música africana. Pero si ya hablamos del fenómeno actual de los afrobeats te podría decir Burna Boy, Wizkid, Rema (en Colombia muchos lo conocieron por “BUBALÚ” de Feid), Tems, me gusta mucho lo que hace ella es superdurísima y para mi una de las mejores voces del movimiento. Se puede decir que ellos cuatro vienen siendo mis referentes.
¿Cómo fue la producción del disco, lo trabajaste solo o con amigos?
El disco tiene canciones que han salido de sesiones, a mi no me gusta mucho que me compongan ni nada de eso, pero sí es bonito cuando una persona te da ideas. Entonces he hecho varios temas de esta manera, donde me han dado un empujoncito en algunas cosas y con pura gente que ya conozco, que me da buena vibra y también me conoce. Todo depende de cómo vayan saliendo, de cómo me vaya sintiendo, de las experiencias que vaya teniendo, porque yo hago música en España, en Panamá. En cualquier lado, donde me agarré.
Hace años también hiciste algo con Dimelo Flow, cuando te invitaron a su disco para hacer un tema con Reik…
Sí, sí. Dímelo Flow sacó un disco y ahí saqué un tema con él, y él es pana mío. Tenemos muchos temas, con Dalex, con J Quiles, incluso algunos que no han salido que tenemos listos ahí. Esperen eso, que va a venir para el próximo álbum.
En tus inicios, de entrada le apostaste al dancehall, y si bien esto no sorprende porque Panamá siempre ha estado más conectada con el reggae que otros países, sí hace que sea necesario preguntarte cómo te sientes ahora, cuando por fin parece que cualquier sonido podría cambiar las tendencias musicales a nivel mundial.
Es supersatisfactorio, porque es lo que crecí escuchando y se me hacía un poquito triste saber que el mundo no veía estos sonidos como algo comercial, a menos que fuese de Jamaica. Aunque ni siquiera el de Jamaica se sentía tan comercial como lo que estamos viendo ahora.
Pero ellos siempre han tenido una comunidad mucho más grande que la que tenemos los artistas que hemos hecho dancehall en español, pero se me hacía triste que no lo reconocieran como lo que es, una pieza valiosa. Para mí el mejor género que existe, porque hay miles de formas de expresarse en el dancehall, no es solamente como un golpecito y ya, sino que hay muchas ramas. Yo creo que el dancehall y el afro van a pasar por uno de sus mejores momentos, ya estaba en el inglés, pero ahora en español ha trascendido y ayuda ampliar la visión, el tiempo de vida que puede tener el género.
Te he escuchado hablar de la diferencia entre ser viral y darte a conocer, ¿pero cómo fue para vos ese momento en que realmente sentiste que habías comenzado a romper bien duro? Por ejemplo, yo te descubrí en la época de “Hecha Pa’ Mi”, “Perreito Salvaje”…
Real, real, si bien ya me conocían bastante, todavía me faltaba trabajar un poquito más las redes, mi imagen y yo creo que todo eso se amplió mucho más con “orióN”. Empecé a hacer más videos, en TikTok ya estaba con el algoritmo mucho más alto y los trends, todo eso me puso mucho más alto por fuera de Panamá y ahora me reconocen. Saben que soy el que canta “orióN”.
Yo te cuento algo, yo descubrí a Emilia por vos, a partir de tu canción es que sentí que tenía que escucharla más a ella.
Con Emilia siempre hemos tenido una buena amistad, todo comienza un día que el maestro Andrés Castro (productor de Carlos Vives, ChocQuibTown y más artistas) me dice “te tengo una argentina que es durísima” y yo la vi y de una vez supe que era superdurísima. No la conocía, porque soy de Panamá y allá no nos llega tanta música de Argentina, más allá de Duki, Trueno o cosas así.
Pero la vi, vi su performance y fue una de las oportunidades de hacer uno de mis primeros reggaetones, así que dije “tengo que romper”. Así que me metí ahí y gracias a Dios el tema fue bueno y se fue viral tanto en Argentina, como en mi país. En Europa también lo escucharon bastante.
¿Cómo eliges o como aceptas las colaboraciones con los artistas para tus canciones? Porque siempre son bien variadas.
Siempre trato de ser sincero, porque me gusta que sean sinceros conmigo. Si no conectó con un tema simplemente digo que no y pido que me manden otro, para que nos conectemos bien. No me gustaría como quien dice dañarle el proyecto a alguien más.
Volviendo al tema de los afrobeats, siempre se dice que van a romper, que van a conquistar el mundo, pero casi nadie se pregunta por qué. ¿Cuál crees que es la razón por la que eso podría pasar?
Porque había un millón de personas intentándolo, pero en teoría nos obligaban a hacer música comercial y no podíamos hacer lo que nos gustaba. Es como que le dieras libertad a todos los presos (risas).
Queríamos que el mundo escuchara nuestro estilo, nuestras raíces, nuestra cultura, pero en teoría nos obligaban a hacer música comercial y ahí, de repente, le metíamos un poquito de lo de nosotros. Pero ya hoy en día la música se abrió tanto que el afro no es una música under, que solamente se escucha en un solo lado, sino que es mundial y lo bonito del afro es que uno nunca se va a sentir mal escuchándolo.
No hay ninguna canción de afro que te de una mala vibra, ¿me entiendes? Ni en inglés, ni en español y eso es lo bonito, que se vive, se siente. La energía es bonita, yo creo que eso fue lo que enamoró al mundo.