
En Colombia, no hay persona que no haya escuchado “Coqueta” o, por lo menos, estado a dos grados de separación de alguien que haya tenido contacto con la carranga del momento. La canción que conmovió a todo un país por su letra tan bella y logró un hito que no ocurría hace varias décadas, que una canción de este género del altiplano cundiboyacense, pudiera medirse de igual a igual con una canción de pop. O en estos tiempos, de reggaetón.
El genio detrás de la composición se llama Feizar Orjuela. Lo conocen como Heredero, y aunque tiene otras canciones que acumulan millones de vistas en plataformas como “Los Encargos de mi Mamá”, “Marta” o “Aniversario”, fue su primer gran éxito, uno de los más grandes a nivel nacional durante el diciembre pasado, el que lo llevó a presentarse incansablemente en distintas regiones del país y a que –gradualmente– los oyentes fueran descubriendo el resto de su discografía.
Las razones del éxito de “Coqueta” ni siquiera para él están claras. La parte fácil –también verídica– sería decir que es una canción honesta, hecha con el corazón y que cuida la esencia del sonido que desde hace años busca crear el artista. La difícil es saber si la responsabilidad la tuvieron los vídeos tendencia de TikTok, las rápidas acciones de él y de su equipo para aprovechar el fenómeno o si simplemente la audiencia se cansó de las canciones pop de esta época que, aunque él no crítica, vale la pena comparar con composiciones más románticas, como las que eran más comunes antes.
Heredero no sólo tiene talento, sino al equipo de One RPM asesorándolo. Minutos antes de la entrevista nos revelan algunas de sus posibles ideas: conectarlo con talentos nacionales o internacionales, algunos que lo han buscado a él y otros que su equipo tiene en el radar, entre ellos un famoso vallenatero en ascenso. También nos hablan de que anunciarán su primera gran presentación en Bogotá, que al final se reveló el mismo día, tan sólo unas horas más tarde.

“Lo que él hace también podría llamarse regional colombiano”, me explica Sandra Calle, una de las ejecutivas de One RPM, quien entiende la importancia de que artistas como Heredero, Yeison Jimenez o Pipe Bueno pateen todos para el mismo lado. Pero también remarca que la carrera de Feizar existe gracias a la carranga y a los ídolos de la carranga, que tiene claro que eso nunca deben olvidarlo.
También nos hablan de su colaboración con Jessi Uribe, que más adelante Orjuela nos explicará que ocurrió por obra del destino. El astro de la música popular –o regional colombiano– la escuchó en su auto y al conocerse terminaron grabando dos versiones de “Coqueta”. Una tirando a la ranchera, que no le gustó a ninguno de los dos, y otra en carranga, fiel a la versión con la que conectaron miles de colombianos.
Cuando comienza la entrevista aparecen nuevas pistas. Feizar Orjuela es un tipo sumamente amable, romántico a la hora de elegir las palabras con las que quiere expresarse y, además, tiene una madre que es profesional en literatura. “Ella siempre me decía que al componer no usará las mismas palabras, que el lenguaje español es demasiado extenso como para caer en eso”. En “Aniversario”, su último sencillo, Heredero habla de una historia de amor donde una pareja muy creyente utiliza el crucifijo como un pasaporte. Así que no es difícil creerle cada cosa que dice.
En un momento crucial para su carrera, Heredero nos recibe y –sin pretenderlo– nos deja con la idea de que estamos participando de un momento histórico, del nacimiento de quien podría convertirse en una de las mayores estrellas de este país. También nos remarca que no es amante de los outfits, que siente que la gente cada vez conecta más con la sencillez y que él quiere mostrarse como es él.
Feizar se refiere al jean y a la chaqueta que tiene puestos, pero bien podría estar hablando de su propia alma.
“Coqueta” es la primera canción gigante de la carranga en dos o tres décadas. ¿Cómo te hace sentir un logro de ese tamaño?
Me pone muy contento muchas veces, me sacude y me pregunto por qué. Siempre he tratado de entenderlo, pero no tanto en lo personal sino como un logro para el género musical.
Nosotros no sabíamos esto a qué sabía, tampoco estábamos enterados de cosas tan gigantes y tan bonitas que pasan en la industria, porque no nos habíamos pegado a eso. Lo que pasa es bastante esperanzador, pero también una responsabilidad enorme.
¿Por qué crees que pasó en este momento? Por ejemplo, alguien de tu equipo de trabajo nos decía que cuando se pega “Coqueta”, también había gente que estaba cansada de otro tipo de composiciones y que tu éxito fue esa canción bonita a la que muchos se aferraron.
Yo creo que hay momentos para todo y acorde con el momento, uno entrega lo que tenga para ofrecer. En mi caso no fue un caso de responder a algo que no estuviera gustando, sino que las cosas se me dieron.
De repente llegó mi música en un momento ávido para escuchar cuestiones diferentes y creo yo que la gente se está quedando con el contenido literario de las canciones, más allá de si les gusta la carranga o no. De repente algo de mi voz también les guste, aunque no estoy calificándome de buen cantante, porque estoy en constante aprendizaje.
¿Cómo fue ese momento en que te diste cuenta que “Coqueta” se había vuelto un fenómeno tan gigante?
Sin duda plataformas como TikTok y otras redes son una buena forma de medir el éxito de las canciones. En YouTube se lanzó sólo con una imagen que yo hice, porque sentía que no podía esperar a tener un video para estrenarla. Hizo buenos números, pero nada extraordinario… por los primeros veinte días (risas).
“Pero Te Quiero” es una canción que también fue grandísima para mi proyecto y llevaba 50.000 videos en tendencia de TikTok, que es un número grandísimo. Pero “Coqueta” alcanzaba los 25.000 y en pocos días los 150.000. La otra llevaba dos años de haber sido lanzada.
Estaba tomando un vuelo tremendo y veía que a veces la gente se estaba quedando sólo una parte de la canción, que estaban haciendo videos con el principio, con el punteo, con el coro… estaba gustando toda la canción. Yo tenía fe de que con “Coqueta” iba a suceder algo increíble, y está sucediendo, permítanme decirles que le falta mucho por crecer, por mostrarse, por ir más lejos y llevar más lejos la música colombiana.
Aunque eso no sólo pasó con “Pero Te Quiero”, sino con otras canciones de tu repertorio que empezaron a acumular millones de reproducciones. ¿Quiénes son los que están escuchando tus canciones?
Durante la gira pasada estuve en Venezuela e hice cinco conciertos, en los que hubo diferentes personas que me hablaron de mis canciones, de diferentes edades y que venían de diferentes lugares. Luego vine a Colombia y compartí tarima con los más top del vallenato y la música popular, y los músicos vinieron a mi camerino a pedirme fotos. “En la costa estás pegado, en Pereira estás pegado, escuchamos tu canción en Medellín”, me decían.
Me escribe mucha gente de Centroamérica, de México y de Estados Unidos. En Europa tuve algunas entrevistas en radios donde me decían: “Aquí ni sabemos lo que es carranga, pero tu canción está en la playa, en las calles, en los bares, en los autos». Yo creo que es multigénero, multinacional.
¿Cuál es esa pareja tan maravillosa que inspiró “Aniversario», tu último sencillo? ¿Existe o es ficción?
“Aniversario” es una canción sin pretensiones, que cuenta una historia real. En 2023, me invitaron a unas bodas de diamante, de una pareja de esposos que regresaron a Colombia a vivir después de muchos años en Estados Unidos. Sus hijos, que hablan muy poco español y todavía viven allá, me contactaron por mi canción “Los Encargos de mi mamá”, me explicaron que a sus padres les había gustado porque ellos nacieron muy cerca a Boyacá y me contaron la historia.
Entonces, yo les dije que iba a hacer una canción para ellos. Así que me contaron cómo se habían enamorado, en medio de una vida difícil y un amor prohibido, que los hizo casarse, dejar sus hijos, irse para Estados Unidos. Hice la canción, para cuando se cumplían 70 años de su matrimonio, aunque no hago canciones por encargo, porque me parece que son canciones sin sabor, si bien respeto a quienes lo hacen.
Y yo me conozco con mi esposa desde muy pequeño, somos novios desde chiquitos, nos casamos a los 20 años. Así que para hacer esa canción me puse en el lugar de imaginarme que éramos nosotros quienes estábamos celebrando nuestras bodas de diamante.
¿De dónde te vienen las letras? Muchas tienen metáforas bastante ingeniosas…
Mi madre fue docente casi cincuenta años y ha sido escritora toda su vida. Es poeta y las cosas que hace son maravillosas, además ha sido mi maestra, incluso de escuela durante la primaria. Y mi maestra para las letras, porque tiene 81 años y todavía escribe, y aún me corrige lo que escribo.
Tengo su recuerdo escribiendo en mi vereda hasta las 3 o 4 de la mañana, no había luz eléctrica entonces y yo me quedaba acompañándola con una vela. Acompañándola y escribiendo. Algo simple, una coplita, tres o cuatro versos. Ella me decía: “está bonito, pero ya colocaste esta palabra, no la vuelvas a colocar”. No le gusta repetir palabras, como es literata, entonces dice que somos ricos en nuestro idioma, que no repitamos.
Mi padre es músico carranguero además. Él no se ha permeado por la ciudad ni por el modernismo, además uno se debe meramente a su entorno. Yo no podría ser cantante autóctono de música mexicana si no nací allá. Mi entorno fue campesino, tertulias, música de cuerdas, mi mamá echando coplas. Soy el resultado de ellos, mis paisanos.
Tu música tiene un sonido contemporáneo, por ejemplo juegas con percusiones de cumbia o utilizas chelo en una de tus canciones. ¿Cómo es ese trabajo de hacer una carranga más fresca e incluso más pop?
Hay que ser consciente del contexto en el que uno está mostrando su música y de la actualidad, de la industria. Era diferente el momento hace cuarenta años, cuando el maestro Jorge Velosa mostró sus canciones, que hoy es todo es más digital. Uno debe escribir y cantar lo que sienta, pero sintiendo principalmente qué le gusta al público. Muchos éxitos musicales han nacido cuando alguien ha dicho: “esto no me gusta, pero grabemos esa vaina”.
Por supuesto que hay que pensar en números, en lo económico, porque así se mueve el cuento, pero si el corazón gira un poquito más hacia el público, los resultados van a ser mejores.
Si le metimos un chelo a una carranga fue porque creímos que cabía, que le daba un poquito de melancolía. Tenemos otra donde se colocó un acordeón, que sumó mucho, porque se siente que sí cabe. Hay que seguir por ese camino colocando cositas, pero sin perder la esencia. Con letras muy bonitas habría hecho baladas o vallenato, pero no hubiera funcionado, porque si no lo amo no puedo transmitirlo.
