Hace 20 años, el sueño de los hermanos Santiago y Sergio Mejía se consolidó en la grabación del disco La 33. Pero en realidad, esta historia comienza en el 2001, cuando una orquesta del mismo nombre daba sus primeros pasos en una casa de una calle bogotana que también tenía el número 33. De ahí pasaron a dar sus primeros conciertos en bares de la ciudad, como el conocido Quiebracanto, a animar fiestas privadas y presentarse en los primeros festivales. 

En esos espacios empezaron a ganar reconocimiento por su versión de la cortina de la caricatura La Pantera Rosa, que originalmente había sido compuesta por el director de orquesta estadounidense Henry Mancini, pero que ahora La 33 había convertido en una salsa.

Dentro del disco de los bogotanos, la canción fue una de las más destacadas, pero el álbum también incluía otros éxitos del grupo como “Qué Rico Boogaloo” y “Soledad”.

El sonido de La 33 está marcado por la influencia del jazz y los ritmos caribeños, gracias al recorrido artístico de los hermanos Mejía en bandas de rock bogotanas antes de que la orquesta se conformara.

A ellos se les sumaron: Alejandro Pérez en las congas, Diego Sánchez en los bongos, Juan David Fernández en timbales, Rolando Nieto en la trompeta, Adalbert Gaviria en el saxo, Vladimir Romero en trombón y las voces a cargo de Edgardo Garcés, David Cantillo y Guillermo Celis. 

Después de girar por años en la que podría considerarse, después de Cali, la ciudad más salsera de Colombia, lograron grabar su disco debut en 2004, sin anticipar los grandes retos para la distribución que enfrentarían. Las disqueras no confiaban en un grupo de rockeros bogotanos que querían lanzar un álbum de salsa.

Así que publicaron de manera independiente y buscaron promocionarse en cuanto espacio les fue posible: la calle, medios de transporte, salsotecas, musicólogos, amigos, clubes, vendedores e internet.

A propósito del disco, Sergio Mejía le contó a un medio de comunicación bogotano que, en el momento en que lo compusieron, el objetivo era buscar un sonido propio que representara a la capital en clave salsera.

Su enorme esfuerzo por rescatar el sonido de antaño de la salsa brava, propio de los orígenes neoyorquinos y puertorriqueños, fue uno de los aspectos que hicieron que Cali los recibiera con brazos abiertos. 

Desde diciembre de 2004, momento en que se editó el álbum debut de La 33, han lanzado 4 discos más, entre los que se incluye uno que fue nominado al premio Latin Grammy por Mejor Diseño de Embalaje: Gozalo. 

Sin embargo, el éxito de su primer trabajo discográfico es difícil de superar y fue fundamental para abrirles paso hacia más de mil quinientos conciertos y múltiples giras en todos los continentes. La 33 sigue siendo su disco más representativo al ser su carta de presentación o su manifiesto de salsa brava bogotana.