
Todo fanático del género colombiano de acordeones tiene entre su repertorio “Entrégame Tu Amor”, una canción de la autoría de uno de los cantautores más populares del folkore vallenato, Wilfran Castillo, que fue popularizada en la voz de Nelson Velásquez durante sus años en la agrupación Los Inquietos del Vallenato.
Incluída dentro de su quinto álbum Sueños de Colombia (2001), “Entrégame Tu Amor” fue una de las canciones más populares de este disco, que también incluyó “Regálame Una Noche”, otro de sus éxitos que lanzaron durante sus años de mayor gloria, la década de los 2000.
La que podría considerarse un himno del vallenato romántico con unas notas de desamor marcadas entre sus versos, que comúnmente se le conoce como “vallenato cortavenas” o para cantar a grito herido, pareciera tener una historia bastante diciente entre su letra, la del sufrimiento de un amor no correspondido. Pero la historia que inspiró esta canción con trasfondo de anécdota de una historia de amor no correspondido, también tiene un tinte de sorpresa inesperado.
Todo surgió de una amistad en la que, como bien cuenta la letra de la canción, empiezan a surgir sentimientos de personas que son más que simplemente amigos y se involucran en cierto tipo de enamoramiento:
«Yo no quiero morir siendo tu amigo
Yo quiero es abrazarte
Y no sentir el frío de la vida
Y aunque un día nos juramos ser amigos
Hasta el fin
Hoy me atrevo a confesarte lo que yo siento por ti».
Una situación que no sería ajena a los líos amorosos de la vida adulta, pero también aplica para las historias infantiles. Porque, ¿qué nos impide pensar en que un enredo semejante pueda relacionarse también con la niñez? Precisamente esta fue la inspiración, en la vida real, para que Wilfran Castillo compusiera este éxito vallenato.
Para ser precisos, la historia del primer amor de un pequeño enamorado, quien además era vecino en la zona donde el compositor de este tema vivía entonces, fue la inspiración para componer esta canción que seguramente también ha acompañado más de una desilusión adulta.
La composición, una de las más recordadas del vallenato, nació por aquel pequeño que se le acercó un día a contarle un secreto que lo llevaba afligido: se había enamorado de su mejor amiga y luego de atreverse a besarla – siguiendo sus sentimientos – había descubierto que esa niña, quien le había robado el corazón, era la novia de su mejor amigo. Por eso bien dice: “Yo no quise besarte de repente, lo siento quise saber si me mirabas diferente al resto de la gente”.
Aunque evidentemente Wilfran añadió un toque de ficción a la canción donde narra incluso las altas y bajas de aquella relación de este triángulo amoroso, que le impide concretar su romance con su mejor amiga, con los engaños de aquella pareja:
«Recuerda
Que me alegre esa vez que
Me contaste que tu novio te engañaba
Fue la primera vez que
Tu tristeza me refrescaba el alma
Sabía que yo te consolaría
Pero en cambio tú has pensado
Perdonarlo por su error
Mientras el daña tu vida
Estoy loco por tu amor”.
La inocencia de ese amor de la niñez se ve claramente reflejado entre sus versos también, por ejemplo, en aquella confesión bastante diciente en la que asegura que cada vez que se despide con un beso en la mejilla decide comprar un chocolate para calmar las ganas de besarla.
Finalmente, más allá de si se trata de un romance adulto o de la ingenuidad de dos niños que poco comprenden de las relaciones de pareja, esta canción ha llevado por más de 20 años un mensaje que desde siempre ha sido el mismo: el de ese anhelo de ser correspondido, y que aplica para cualquier situación, en la que solo se necesita decir a veces con canciones:
“Y me da miedo vivir
Si no me entregas tu amor
Qué le diré al corazón
Si esta muriendo por ti
Tal vez prefiera morir
Si tu le dices adiós
Adiós, adiós”.